María Teresa Heras Garuz nació en una de las
barriadas del extrarradio zaragozano, concretamente en Garrapinillos.
Sus dotes para el canto no pasaron desapercibidas a nadie y pronto la
encontramos cursando estudios en el conservatorio de Zaragoza. En 1956
gana una beca de la Diputación y en enero de 1958 ofrece un recital en
el Círculo Mercantil de Zaragoza. Se traslada a Madrid para estudiar en
el Conservatorio Superior de Canto con la gran soprano Pilar Lorengar y
debuta en el Teatro de la Zarzuela con un papel en la zarzuela “Doña
Francisquita” (Amadeo Vives, 1923) nada menos que con Alfredo Kraus para
actuar después en varias funciones en el Liceo de Barcelona. Todo
parece indicar que los pasos de María Teresa van encaminados al bel canto.
Pero diversas personas le aconsejaron que por motivos económicos se
alejase de la música clásica y probase fortuna en la canción ligera. De
voz, afinación y conocimientos musicales iba sobrada y pronto aparece su
primer EP: “El Anillito / Que Cielo / Carta de Amor / Bambina, Bambina” (SAEF, 1962).
Un material procedente en su mayoría de versiones en español de temas
participantes en el Festival de San Remo. El tema principal del disco
cargado de inocencia y ritmo pop con resabios de la década anterior conoció numerosas versiones en nuestro país: Miguel Ríos, Los Brujos, Hermanas Serrano, etc. La versión de Teresa María, que había decidido modificar el orden de sus nombres pasó desapercibida.
La discográfica SAEF pasó a formar parte de la empresa Belter y la
nueva marca decidió mantener el contrato de la cantante, que pronto
vería editado su segundo extended play. “Amor, Mon Amour, My Love” (Belter, 1963);
es decir una nueva tanda de temas procedentes de Italia bien
interpretados por Teresa María, que a estas alturas ya se había
establecido en Barcelona. Tampoco este disco tuvo gran repercusión. Su
carrera, como la de casi todas sus contemporáneas, pasaba
ineludiblemente por su presencia en festivales. Su voz bien educada y
sus conocimientos musicales la hacían idónea para estos eventos y aquel
mismo año debutó en el Festival de la Canción Mediterránea alcanzando la
final con “En Roma”, un tema sosote compuesto por Fina de
Calderón. Precisamente esta canción formó parte de su siguiente disco
con el que ya Teresa María despegaría el vuelo y alcanzaría una cierta
popularidad. “Las Chicas son Así / Él Es Todo para Mí / La Clase Acabó / En Roma” (Belter, 1963) tuvo cierta notoriedad. En esta ocasión canciones de origen francés como “L´école est fini” o “Les filles c´est comme ça” popularizadas
en el país galo por Sheila y Theo Sharapo respectivamente fueron más
escuchadas en la radio que anteriores discos. Por cierto, este Theo
Sharapo fue el joven segundo esposo de la madura Edith Piaf.
Su cuarto disco fue en realidad el primero que podemos considerar
auténticamente moderno. La discográfica apostó por convertirla en una
cantante ye yé y le encargó grabar una serie de temas de origen
anglosajón: “Tú Serás mi Baby / Qué Voy a Hacer sin Ti / Solo Quiero Estar Contigo / Mucho Más” (Belter, 1964).
Canciones en origen de The Ronettes y Dusty Springfield entre otras. Un
muy bien disco que debió luchar en las incipientes listas de éxitos y
en los estantes de las tiendas con estas mismas canciones versionadas
por Karina, Los Pekes, Francisco Heredero
y toda la escudería ye yé del momento. Con todo, se vendió
razonablemente bien y a la postre fue el disco más conocido de esta
artista.
A Fina de Calderón, una de las más influyentes compositoras de
aquellos años le gustaba mucho la voz de Teresa María, pues también ella
procedía del mundo de la música clásica. Como Fina presentaba canción
para la preselección de Eurovisión, eligió a Teresa María y al cantante
Michel en segunda versión para defenderla. En aquella selección
televisiva se presentaron los solistas más potentes del momento con Tito Mora, Luis Gardey, Gelu y Lita Torelló a la cabeza. La canción se titulaba “Caracola” y
ganó. En el número 4 de la revista Fonorama de febrero de 1964 se
anunció que Teresa María sería la representante española en Eurovisión
64. Días después TVE decidió por su cuenta que esa canción iba a ser
cantada por el trío uruguayo Los T.N.T. que ese año andaba por estas
tierras y ni siquiera había participado en la preselección. El cabreo
de Teresa María fue mayúsculo y quedó vacunada de festivales.
Finalmente, el tema de marras ocupó en Copenhague el último lugar con
cero votos ¡Un exitazo!
No obstante, Teresa María era ya una cantante conocida y siguió
apareciendo asiduamente en programas televisivos. Al siguiente año
publicará tres discos en poco tiempo. El primero de ellos fue “Como Seas / Como te Extraño mi Amor / Dime la Verdad, Mi Mundo” (Belter, 1965). Un disco de baladas y swing que siguió cimentando su papel de chica ye yé melódica de excelente voz.
Pero las discográficas imponían a su antojo los temas que cada cuál
debía grabar y 1965 era ante todo el año de la yenka, así que ahí
tenemos a Teresa María editando un disco mixto dedicado a este ritmo en
que las dos canciones de la cara A venían cantadas por ella y las de la
cara B por Dubé y su Conjunto. En la contraportada detallado con
dibujos, los pasos que los bailarines debían dar para ser considerados
buenos yenkistas.
Cerca de fin de año aparecerá un nuevo EP de esta cantante con “¿Cómo Serás? / Tempranito / Una Marioneta / Él (Belter, 1965). Este disco marcaría el final de la carrera de Teresa María o tal vez su principio.
Desde finales de 1964 María Teresa era amiga del hijo de los dueños
de unos estudios de doblaje y comenzó de forma esporádica a doblar
películas. Pronto se necesitó una cantante para doblar al castellano a
Audrey Hepburn en “My Fair Lady” (George Cuckor, 1964). Teresa María
cantó en la película más popular del año y su nombre no apareció en los
créditos. A mediados del año siguiente llega a España “Mary Poppins”
(Robert Stevenson, 1965). La protagonista Julie Christie exige elegir la
voz que va a doblarla. Se hace un casting y Teresa María es la elegida.
Su voz no aparece en los créditos y en un disco publicado por Hispavox,
que se vende por toneladas, aparece la voz de la cantante que la había
doblado para Sudamérica. Todos escuchan de nuevo a Teresa María y nadie
se entera de ello. Después sería la voz de Julie Andrews hablando y
cantando en “Sonrisas y Lágrimas” (Robert Wise, 1965). Naturalmente, su
nombre no aparece en los créditos, aunque esta vez sí en la
contraportada del disco.
Seguirá cantándonos desde la gran pantalla en varias de las películas
más taquilleras de la historia: “Golfus de Roma” (Richard Lester,
1966), “El Extravagante Dr. Doolittle” (Richard Fleischer, 1967),
“Chitty Chitty Bang Bang” (Ken Hughes, 1969) y muchas otras. Ella
recuerda que era un trabajo bien pagado, pero su nombre quedó siempre en
el anonimato. Por eso, cuando pasen alguna de estas películas por
televisión acuérdate de Teresa María, aquella cantante lírica
zaragozana, reciclada en ye yé y voz española de casi todas las
superproducciones musicales de Hollywood en los años 60 y 70.
Habría que esperar a 2012 en su Zaragoza natal y a 2014 en Valladolid
para que su labor fuese reconocida y homenajeada. Allí una anciana
acompañada de la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid volvió a
sorprender a todos los asistentes cantando con excelente voz las
canciones de Mary Poppins y Sonrisas y Lágrimas. Uno que acudió a
aquellos dos homenajes fue Daniel Carbonell Heras, más conocido por
Macaco, hijo de Teresa María.
En entrevista concedida en su ciudad natal a El Heraldo de Aragón (El Heraldo de Aragón bajo el título general de “Zaragoza´s 60”, Matías Uribe, 2016),
Teresa María se mostraba feliz por el tardío reconocimiento de su
trabajo, pero le salía la vena maña y concluía diciendo: “A la vejez, viruelas”. Pero ya sabemos que en España las cosas eran y siguen siendo así (La Fonoteca).