Super session: "Music from Free Creek"

Las jam sessions en las que participaban músicos muy conocidos recibían el nombre de “Super sessions”, lo cual indica el grado de adoración que fans y prensa musical sentían por este tipo de ídolos terrenales. Fue una práctica frecuente en los años 60/70, aunque el resultado de esas colaboraciones no siempre llegaba a hacerse público: generalmente por razones contractuales, ya que los sellos solían obligar a sus figuras a mantener exclusividad. Como consecuencia muchas de esas grabaciones no aparecieron hasta años después, cuando los contratos habían caducado, o se llegaba a algún tipo de acuerdo… o aparecían bajo bandera pirata. Esto explica que no se publicasen en su momento trabajos tan jugosos como las cintas de Free Creek, que tenemos hoy aquí y que no vieron la luz hasta 1973, en sellos “neutrales” como Buddah en Estados Unidos y Charisma en la Isla: sus artistas y sus catálogos no interferían con los músicos implicados en tales grabaciones. 

Free Creek es el nombre bajo el que se oculta un grupo de músicos que pertenecen a bandas, estilos o sellos distintos, pero que deciden reunirse únicamente para disfrutar y dejar constancia grabada de esa reunión; luego ya digo, que tal constancia se publique o no es otro asunto. En este caso la lista es impresionante, y va desde guitarristas “divinos” como Eric Clapton o Jeff Beck hasta corredores de fondo incombustibles como el Dr. John o Todd Rundgren, junto a personajes inesperados como la pizpireta Linda Ronstadt o el teclista sinfónico de moda por entonces, el señor Keith Emerson. Se reunieron en los estudios Record Plant de Nueva York en fechas sueltas que van de Junio hasta Agosto del 69, y dejaron música suficiente para este doble Lp que bajo el título “Music from Free Creek” no llegó a las tiendas hasta casi cuatro años más tarde. 

El material esta compuesto en su mayoría por piezas que ya por entonces eran clásicas. Hay standards como “Cissy strut” o “Working in a coalmine” junto a otras más recientes como “Hey Jude” o Sympathy for the devil”, y alguna original escrita por los intervinientes para la ocasión. Por último, se nos recuerda que no todos los músicos figuran en el listado con sus nombres reales debido a los dichosos derechos de los sellos, cuya extraña manera de ver el negocio les lleva a situaciones tan ridículas como esta: Clapton o Beck están ahí, pero sus nombres no. Como es lógico, a las revistas musicales les faltó tiempo para aclararnos que Clapton era “King Cool”, y Beck aparece como “A.N. Other”. En fin, que no sé qué sacan en limpio sus compañías discográficas con este tipo de estupideces, que se ha repetido en otras cuantas y notables ocasiones. 

Pero bien está lo que bien acaba; y esta historia, aunque un poco tarde, acabó bien. Y ahora, tantos años después, seguro que quien no conozca este disco disfrutará con tantos genios juntos. Ah, y feliz verano.