jueves, 3 de noviembre de 2022

ELLEN FOLEY. "Spirit of St. Louis" (1981)

 

 
En algún momento de principios de 1980 Ellen Foley y Mick Jones trazan sobre un mapa una línea recta uniendo imaginariamente las ciudades de Sant Louis en Missouri y Londres, Inglaterra. La pareja de músicos se encuentra en Nueva York (quizás han pasado la noche en un hotel del Bowery) y rememoran el vuelo que Charles Lindbergh realizó en 1927 uniendo por primera vez los dos continentes. Como una chispa, su idea prende al instante, hacer coincidir las grabaciones del "Sandinista" de The Clash con las del segundo trabajo de Ellen Foley, "Spirit of St. Louis" (Epic Rcds, editado en realidad un año más tarde). Los dos protagonistas acuerdan utilizar el nombre de la aeronave de Lindbergh como sinónimo del acercamiento de dos culturas, también como probable expresión de un amor sin fronteras.

Ellen Foley (curiosamente coincide la ciudad de Sant Louis como su lugar de nacimiento) es una artista multifacética que se vale del escenario como habitat de expresión natural. Hace ya algunos años su nombre comienza a brillar en el negocio musical; suyo es el ya famoso dueto con Meat Loaf en el "Paradise By The Dashboard Light" de su exitoso "Bat Out Of Hell" de 1977. Ellen destaca además en colaboraciones con Ian Hunter & Mick Ronson ("You´re Never Alone With A Schizophrenic" de 1979), en su banda paralela Iron City Houserockers ("Have A Good Time But Get Out Alive!" de 1980), con Blue Öyster Cult ("Mirrors", 1980) y en las mismas grabaciones de "Sandinista" de The Clash del mismo año 1980. Ellen Foley también descolla en las pasarelas de Broadway, suyo es el papel protagonista de Sheila en la revisión teatral de 1977 del célebre "Hair", asímismo participa en lo coros de la versión cinemetográfica de Milos Forman de 1979.


Ese Londres de 1979 aun mantiene el pulso musical con la megalópolis de Nueva York y en esa primera ciudad coinciden por primera vez Foley y Jones. Ellen anda ocupada con las últimas grabaciones del dúo Hunter & Ronson, ambos han coproducido su primer Lp ("Nightout", Epic Rcds, 1979) y, como tantos otros músicos de la época, suelen dejarse ver por el The Venue de Victoria Street. A primeros de ese 1979 está anunciado un concierto de Devo y nadie en su sano juicio quiere perderse ese acontecimiento. Mick y Ellen coinciden cerca del guardarropa; él, por su aspecto moreno, parece más un artista latino, arrogante, un simio seductor; ella, alta y rubia, con esa mirada independiente y azul de los nativos del Mid-West americano, puro WASP. Ellen manifestó años más tarde haberse sentido irremediablemente atraída por un hombre que reflejaba lo que ella como artista siempre había buscado, la libertad, la independencia, la fascinación ante nuevas ideas expresivas.

Aunque no haya sucedido exactamente así, yo quiero imaginar que estoy escuchando el "Spirit Of St.Louis" mientras paseo por la calle de los Tintes en Cuenca. Ya ha caído la tarde y Ellen eleva su voz en "The Shuttered Palace". Entre sus estrofas se cuelan textos en francés mientras la melodía me anticipa la tonalidad general del álbum, The Clash sumergidos en su versión más europea, en las imágenes de edificios seniles coinciden ambientes de cafés, primaveras y terrazas repletas de clientes al aire libre. Algo que también concurre en "Torchlight", aunque aquí con un toque aun más contundente, los arreglos de cuerda apuntalan esa querencia nunca abandonada por el pop melódico de Strummer & Jones. En "Beautiful Waste Of Time" aparece como compositor Tymon Dogg (colega de Strummer en su época pre-Clash), una delicia que suena a Motown por los cuatro costados. En "The Death Of The Psychoanalyst Of Salvador Dali", el ritmo se ralentiza, casi roza la atmósfera cabaretera de Xavier Cugat, los textos intentan reflejar el trazo surrealista del pintor catalán. "M.P.H.", de nuevo The Clash en la primera época de su obra homónima, ferocidad en el ritmo, firmeza convincente en la voz de Ellen. Cierra la cara A "My Legionnaire" (una de las pocas canciones ajenas a la composición de S&J). Mientras contemplo los patos picoteando en la orilla del río Huécar pienso en Albert Camus y en Paul Bowles.


Ellen aparece en la foto de la portada sosteniendo un globo terráqueo, gira con sus manos la esfera y suena "Theatre Of Cruelty", el primer corte de la cara B. La Foley esta aquí perfecta, un aire bueno corre entre el musgo de la orilla, los gatos callejeros parecen hipnotizar a los paseantes con una hermosa canción de cuna. "How Glad I Am" continúa con ese aire ensoñador, Ellen modula su voz y la culmina en cada estrofa con un climax sumamente acogedor. Sigue "Phases Of Travel", la única composición propia de Ellen. Se nota mucho la benéfica influencia de The Clash en este tema, en el riff  de guitarra del puente saltan chispas cercanas al Covent Garden de los primeros 80. Continúan dos nuevos temas compuestos por Tymon Dogg, "Game Of A Man" e "Indestructible" , ambos pausados. Sus melodías apuestan más por la onda épica y aquí el disco se inclina por la parodia teatral y pierde un tanto el norte centelleante que le venía caracterizando. "In The Killing Hour" cierra la cara y, lamentablemente, mantiene esa atmósfera de sambenito, de marcha hacia un tablado que, inmerecidamente, el paraje romántico de Cuenca no esperaba.

Suena la pieza "Oro, Incienso Y MIrra" de Dizzy Gillespie con Machito y su Orquesta (dirigidos por Chico O´Farrill). Entramos en un bar y pedimos un par de cervezas. En la pared del local aparece escrito con rotulador: "Cuenca es mentira"



Nota;: "This is dedicated to the one I love."



6 comentarios:

  1. https://mega.nz/file/CcUBFTYa#-MPPiih2OwdENwq2L0aVqnmYt7CZdF2_MlICoJXINUA

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  2. Con la señora Foley he tenido siempre una extraña sensación que no sabría definir muy bien, pero que viene a ser algo así como estar ante dos personas distintas: por una parte esa Ellen que es amiga y colaboradora de todos esos personajes que citas y otros cuantos, y por otra parte su obra.

    No me cuadra la música que hace con la supuesta personalidad que tiene, con esas amistades tan rockeras, con esa imagen incluso. Y no me refiero solo a este disco (tampoco entiendo qué hacen los cuatro Clash aquí), sino ya al primero. Ambos suenan a música no diría mainstream pero muy cerca, música formal, para oyentes maduros. Y si a eso sumamos sus otros trabajos en teatro o televisión ya digo, parecen dos personas distintas.

    Pero da igual, estas son elucubraciones mías. En cuanto al disco, me parece bueno, bien hecho, con buen sonido, agradable, pero sin más. En fin, no sabría decir otra cosa.

    Saludos mil.

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    1. Ellen era entonces novia de Mick Jones, guitarrista de The Clash, se mueve en el entorno londinense de la banda; Mick (el "boyfriend" que aparece como productor del disco) se le antoja como su ideal de artista libre y creativo, algo que ella lleva buscando desde que se muda a Londres. La presencia de los tres miembros de The Clash (el único que no aparece es Topper, el batería) está plenamente justificada aquí en este disco que, además, suena mucho a The Clash, sobre todo en los temas que compone Jones junto a Strummer.

      Gracias saludos,

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  3. Hola Javier.
    Como siempre, es un placer leerte, y tu reseña me ha animado a escuchar este álbum que no conocía, en busca de alguna nueva sorpresa, como ya nos tienes acostumbrados. Me está costando hacerme con él. La voz de Elie no me termina de gusta y de momento no ha surgido ninguna sensación especial. No se si insistir, dejarlo ya, o marcharme este fin de semana a Cuenca a ver si paseando por sus calles cambio de opinión.
    Coincido con Rick en que es un disco muy bien hecho e inspirado, pero seguramente necesite ser escuchado en profundidad para poder sacarle su encanto.

    Un saludo.

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  4. Recuerdo que me la jugué cuando lo compré. No sabía nada de Ellen, ni siquiera su relación sentimental con el guitarrista de The Clash. El disco me gustó de inmediato, tiene un sustrato melódico muy The Clash, una banda para mi fundamental. La voz de Ellen de vez en cuando peca un poco de grandilocuencia, parece que más que cantar interpreta, posiblemente debido a las tablas teatrales que Ellen ya atesoraba. En fin, creo que al final la apuesta, en mi caso concreto, fue positiva. Este disco lo sigo escuchando con gusto.
    Gracias y saludos,

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