lunes, 20 de noviembre de 2023

LOS PEKENIKES. VILLA Y CORTE EN 1967.


 -SALAMANCA persona distinguida confort dormir. ARGUELLES habitación-salón señor posición. 
-QUEVEDO completa caballero culto formal. -HORTALEZA dormir señoritas serias. - PENSIÓN MARY bipersonal elegante con dos camas cameras. -Habitación dos camas para caballeros empleados, - Quince pesetas camita obrero 

Lauro se encuentra sentado en un cómodo taburete forrado de skay negro en La Pastelería La Mallorquina. Sonríe tenuemente mientras lee los anuncios por palabras, sección huéspedes del diario YA. Es diciembre, lunes y la Puerta del Sol ya luce toda su parafernalia navideña. Ha pasado antes por El Corte Inglés de Preciados para comprar el último disco de Los Pekenikes (Hispavox, HHS 11-131, 1967). Mira su reloj y sorbe un poquito del tazón de chocolate, debe estirar el tiempo antes que aparezca Lolo. Ha quedado con él para que le pase los apuntes de Derecho Romano de las dos últimas semanas.

Ignacio Martín Sequeros, bajo, armónica y órgano de Los Pekenikes (el resto original de la banda está formado por los hermanos Sainz, Alfonso al saxo y Lucas, "El Púa", como guitarra solista, Tony Luz, guitarra rítmica y Jorge Matey a la batería) publicó en 2015 un entretenido libro ("Pekenikes. Su auténtica historia", Ediciones Atlantis). Allí narra la trayectoria de la formación desde sus inicios en 1959 hasta 2015. En el año 1967, fecha de la edición de este su segundo Lp, Félix Arribas sustituye a un accidentado Matey y Vicente Gasca y Pedro Luis García Vega entran para reforzar la sección de vientos. Es entonces, coincidiendo con la ampliación del grupo a 7 miembros, cuando Hispavox decide renovarles el contrato. Aparece inmediatamente después su single ("Embustero y bailarín" / "Tiempo y Ritmo"). Unos días antes de entrar a grabar este segundo Lp, Los Pekenikes son contratados para sonorizar la sala del Club Picadilly. El éxito de la actuación es fulminante, tanto que se aprovechan las fotos del concierto para potenciar la imagen de la banda en la portada del disco. La formación madrileña se encuentra en pleno apogeo.


Mientras Lauro observa la entrada de dos gachís en el local ignora que en ese preciso momento han liado a su hermana Lita. ¿Quienes?, ya lo descubrirá cuando llegué a su casa de la calle Lista. Ahí entra por fin el Lolo, con su melena tapándole las orejas, parece uno de esos estencialistas, piensa Lauro. -¡Qué, chupón, así se vive bien, sin dar palo al agua, mientras el señorito anda de cacería, aquí este lila le sirve el género, pos te va costar un pelotazo esta tarde en el Nebraska, ya te digo! Lauro reacciona y le enseña ufano el último disco de Los Pekenikes, vamos, que más bien se lo restriega por la cara, ¿Recuerdas el singel que te presté ("Robin Hood" / "Felices 20")?..., pues aquí están incluidos..., podemos pasar esta tarde por casa y escucharlo. Lauro firma la paz y le ofrece a Lolo el penúltimo Chester.

Esa plenitud de Pekenikes conserva sus antecedentes desde la formación de la banda a finales de la década de los años 50 hasta su accesit histórico como telenores de Los Beatles en Madrid en 1965. Su historia es fiel reflejo del cambio generacional de una España todavía encorsetada musicalmente en la copla y en la canción melódica. La edición de sucesivos singles y EPs por el sello Hispavox desde 1961, la incorporación de acreditados musicos de aquella época (además de los miembros originales, Eddy Guzmán, Antonio Morales "Junior", Juan Pardo...) ofrece a un público ansioso de novedades grandes canciones ("Ese Fue Tu Amor", "Los Cuatro Muleros", "El Soldado de Levita", "La Gitana", "Lady Pepa", "Palomitas de Maíz"...), excelentes composiciones que, si hubiera que remitirse a una sola de ellas, quizás sería "Hilo de Seda" (incluida en su primer Lp de 1966) la que se llevaría la palma. Un tema de gran éxito nacional e internacional (EEUU, Méjico, buena parte de Europa) que viene a confirmar dos hechos, la indudable calidad melódica de las piezas del grupo y el afianzamiento de la versión instrumental que la banda se apropia como seña de identidad.


Lita se ha dejado convencer por su amiga Leonor, llevarán el tocadiscos portátil de Lauro a su casa en la glorieta de Quevedo, allí improvisarán un guateque. Leonor pretende que Lauro aparezca enfurecido por allí para reclamar la devolución inmediata de su aparato. Ella sigue a rajatabla las instrucciones de su madre, doña Sagrario. Mira niña, ya va siendo hora de encontrar novio formal, esta familia de los López de Olalla-Narváez tiene posibles, su patrimonio va creciendo año tras año con el negocio inmobiliario, así que, tú veras..., yo ya estoy cansada de recibir a parejas por horas en el cuarto de la abuela. 

En la Cara A de este segundo Lp de Los Pekenikes la mente del oyente queda embelesada, Es tal la potencia anímica de las canciones que este no da crédito a lo que escucha. "Robin Hood", un tam-tam constante nos acerca la campiña inglesa, los vientos la otorgan un genuino sabor medieval. "Siete Loros Temblorosos" tiene más funk carnavalero, más alegría de correcalles, "Sol de Medianoche" contrapone los románticos ecos lunares con un torrente luminoso de vientos, en "Olor a Rosas" el oyente se imagina una orquesta presentando un programa de novedades en TV, si "Picadilly" nos aproxima a los estrrados del circo de variedades, "Felices 20" tantea el brillo de una belle-epoque que ninguno conocimos.


Cuando suena el primer corte de la Cara B, "Embustero y Bailarín", Lauro recuerda los primeros besos de Leonor, la infanta se ha dejado querer  y su perfume de Eau de Rochas inunda su cuerpo tembloroso. "Caminando Entre Nubes" se encuentra Lauro cuando la niña ha explorado del ombligo abajo, ¡qué potencia, qué corriente telúrica le poseé!, al igual que en "Corelli", los golpes de trompeta se asemejan a unos formidables espasmos nerviosos, ¡qué gozo!. "Huellas" ya significa reposo, la calma después de la batalla, un adormecimiento se apodera de Lauro hasta que reacciona en "Tiempo y Ritmo" (Los Pekenikes interpretan un conocido tema estrella de un programa musical de Televisión).y entonces es cuando piensa, por primera vez, en lo caro que le puede costar la broma, Recuerda a Lolo cuando escucha el último tema, "En La Onda" (una conseguida versión del "The "in" crowd"  de Billy Page). Según su amigo, esta canción resumiría la nueva orientación psicodélica que deberían adoptar Los Pekenikes.

Doña Sagrario ha dejado su gran bolso sobre la mesa de California 47, en la calle Goya. Cuando don Leandro López de Olalla-Narváez aparece junto a su mesa, erguido como un Coronel de la Guardia de Corps en la reserva (ni siquiera se ha descubierto, su sombrero de fieltro de ala corta permanece en su cabeza supinamente calva).tan solo se limita a mirar con desgana a Doña Sagrario y hacerle entrega de un sobre. Ahí tiene señora, dos billetes de avión para Londres. Le rogaría que actuara usted con la máxima discreccón y presteza. De recuerdos a doña Luisa de mi parte, dice doña Sagrario mientras entorna sus ojos hacia unas deliciosas tortitas con nata y caramelo.



A mi amigo Joaquín.



13 comentarios:

  1. https://mega.nz/file/fFthSSzI#qzPSgMpB1mfGo5zk6Pa_rSY4_g8eSc9e2bAO2VS0ef8

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  2. Qué recuerdos!!! Qué época!!! Hay que ver lo inocentes que éramos .
    Gracias a ti voy a volver a escuchar a Los Pekeniques.
    Gracias y abrazo .

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    1. Si, desde luego, pardillos si que eramos entonces, aunque alguno más que otros. Me alegro que recuperes a Pekenikes, siempre merece la pena volver a escuchar sus grandes temas.
      Abrazo,

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  3. Ese relato entreverado con la historia del grupo te ha quedado muy costumbrista. Y hay que reconocer que a un grupo como los Pekenikes esa ambientación le va como anillo al dedo, ya que precisamente ellos son el fondo musical más representativo de la escena española en los años 60 porque como mínimo, una generación creció con ellos. Luego ya en los 70 se fueron desfondando, pero en total duraron más de diez años. Eso no era muy frecuente en aquellas épocas.

    Qué tiempos...

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    1. Desde luego, tu lo has dicho, Pekenikes trepresenta mejor que nadie la banda sonora de toda una generación española, con sus limitaciones y esperanzas de modernidad tan a flor de piel en la mayoría de la juventud de entonces. Y ya en los 70, efectivamente, comenzaron a perder parte de su fuelle. Siempre nos quedará su recuerdo.
      Saludos,

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  4. Enhorabuena por esta estupenda entrada, Javier. Nos has conseguido trasladar a aquellos años con mucho mimo, y también algo de humor. Veo que a Doña Sagrario y don Leandro no les pilla de nuevas el tropiezo de la niña.

    Siento comentar aun sin haberme descargado el disco (ahora mismo lo haré). Casualmente, no hace demasiado tiempo recordé a los Pekenikes, cuya música es intemporal. Yo, por supuesto, no viví esas épocas, pero nos contó mi madre hace poco, en el aniversario del fallecimiento de su hermano, que mi tío (tendría más o menos la edad de Lauro el de tu relato, supongo, o quizá algún año menos) era muy aficionado a los Pekenikes, de los que tenían un disco en casa. Debían ser caros los elepés en los sesenta, y no podían comprarse cada poco tiempo... Fue al comprar uno de los Creedence que mi abuelo, que era un bruto, le dio unas buenas bofetadas. Mi tío prefirió aguantar la somanta que devolver el disco.

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    1. ¡Olé por tu tío Rodión! Si, yo mismo debería tener 2 ó 3 años menos que el Lauro de la entrada aunqiue por aquella época ya empezaba a comprar al gún disco que otro (normalmente en los grandes almacenes, El Corte Inglés o Galerías Preciados, lugares donde se producían el mayor número de ventas, existían muy pocas tiendas de música como tal...). Un Lp podría estar entre las 100/150 pesetas de la época, un capricho al alcance de no todos los bolsillos.
      También fue Creedence una de mis primeras compras en Lp aunque mi abuelo ni se enteraría de la jugada.
      Gracias y saludos,

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  5. Muy conseguido el ambiente para entrar en materia. Los que vivimos esa época nos podemos identificar perfectamente con ese relato tan "costumbrista", como comenta Rick. A los Pekenikes hay que reivindicarlos de vez en cuando.
    Pues eso, a disfrutar con esta banda sonora de nuestra juventud.
    Saludos.

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    1. Efectívamente, banda sonora del final de nuestra adolesecencia e inicio juvenil. Y el relato casi salió salió sin querer, los acontecimientos narrados eran el pan nuestro de cada día.
      Saludos y gracias,

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  6. Hola Javier.
    Un post muy emotivo para mi, pues es de los grupos que mas recuerdo de cuando era niño, y en verano iba al pueblo de mis abuelos y los domingos por la tarde ibamos toda la chiquillería al "bailadero", que así se llamaba el parque donde actuaban las orquestas, allí me fijaba en esos instrumentales que tocaban para su único público, los chavales que desafiábamos al sol implacable que caís.
    Todas las orquestas tocana esos temas de los Pekenies, y daría algo por ver el track-list de lo que tocaban, pues debían de tocar los exitos guiris, tipo Shadows o Ventures, grupos que descibrí bastantes años después.
    Sin ninguna duda el grupo instrumental español por excelencia, aunque los Relámpagos les pisaban los talones.
    Saludotes
    Jose

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    1. Muy emotivos esos recuerdos que mencionas Korto. Me sucede lo mismo si rememoro ahora la tómbola del colegio que se celebraba, si la memoria no me falla, en el inicio de cada primavera. Por los altavoces de los patios sonaban, Beatles, Rolling, Kinks y, por supuesto, los Pekenikes. Esos sonidos te imantaban mientras seguías el revuelo de alguna falda que otra. Grandes tiempos aquellos.
      Gracias y saludos,

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  7. ¡Muchas gracias, Javier! ( ´ ▽ ` )ノ

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