miércoles, 24 de abril de 2024

“The new spirit of Capitol” (sampler 1970)

Los años 60 habían sido muy provechosos para el sello estadounidense Capitol, que por entonces formaba parte del gigante EMI: su titularidad sobre unos cuantos nombres de mediano calibre se culminó con el fichaje de los Beach Boys, lo que sumado posteriormente a la distribución de los Beatles en el mercado americano bastaba para presentar unas cuentas más que satisfactorias. Hasta que, a finales de esa década, ocurrió una tormenta perfecta, ya que además de la desaparición de los británicos era evidente que sus queridos compatriotas estaban en franca decadencia. Pero aún vivíamos en la edad de oro del rock, y con un buen grupo de ojeadores no había sello grande que pasase apuros por mucho tiempo. Además de que su sello matriz británico seguía mostrando una excelente salud, también en casa surgían repuestos para las glorias declinantes: el fichaje en 1969 de Grand Funk Railroad (que sustituyeron a los Beach Boys como el grupo americano de más ventas) garantizaba de nuevo unos balances opíparos, a medio plazo por lo menos. 

Como demostración de que estaban preparados para encarar la nueva década con argumentos de peso y mucha diversidad, en 1970 se publica “The new spirit of Capitol”, un título acorde con ese planteamiento. Por entonces el mercado comienza a fragmentarse en varias tendencias distintas; y su catálogo lo demuestra, porque incluso los grupos eminentemente rockeros como los propios Grand Funk tienen un novedoso componente hard con arreglos más trabajados de lo que parece. Otros músicos como Bob Seger o Bill Champlin parten también del rock pero añadiendo más ingredientes: Seger, que ya lleva unos años en el negocio dando palos de ciego, parece ir asentándose ahora en un estilo equidistante entre hard y progresivo muy original -años después será otra figura del rock de masas-, mientras que Champlin crea The Sons Of Champlin en la onda de los Flock con tonos Blood Sweat & Tears (es decir, el jazz rock de la escuela Columbia/CBS), pero añadiendo un leve tono psicodélico e incluso funky. Los primeros discos de ambos son realmente interesantes, e incluso por momentos resultan sorprendentes.

Steve Miller es un veterano que ha ido evolucionando desde sus orígenes en el blues psicodélico hasta sustituir la psicodelia por un tono rock/pop que le está sentando muy bien a su carrera: será otro de los grandes argumentos del sello en los próximos años. Y hablando de blues, Capitol ha fichado a dos verdaderos bluesmen que llevan años recorriendo el país, pero sin destacar en el gran circuito: Guitar Jr (Lee Baker Jr) y Mississippi Fred McDowell. Baker publica su primer Lp oficial gracias a este sello, mientras que la trayectoria discográfica de McDowell había comenzado ya en los años 60. Ninguno de ellos alcanzará grandes ventas, pero su estilo es muy agradable. Por el bando contrario, es decir, el country, aquí tenemos una de las grandes figuras: Linda Ronstadt, cuya magnífica voz y el tinte pop que añade a las canciones la mantuvo en el estrellato durante varios años. 

Ya a finales de la década anterior se había consolidado la figura del cantautor cercano al estilo folk singer, y Capitol tiene algunos ejemplares de ese tipo: desde el dúo formado por Hedge y Donna Capers hasta el estilo más académico de un John Stewart o Joe South, hay una escala bastante amplia. Ninguno de ellos será muy popular en Europa salvo en momentos aislados, pero en su país tuvieron bastante aceptación. Por último, de la oferta estadounidense queda por citar el inclasificable David Axelrod, un músico que viene del jazz y que en teoría es compositor y arreglista, pero que también se ha dedicado a la producción y trabaja ocasionalmente como ojeador para el sello. Axelrod ha hecho grabaciones de todo tipo, desde el jazz hasta r’n’b pasando por unos cuantos experimentos avant garde. Aquí se presenta con una pieza perteneciente a “Songs of experience”, una obra de tipo orquestal bastante accesible.

Por último hay dos aportaciones británicas cedidas por EMI/Harvest: Pink Floyd y la banda de Edgar Broughton. De los Floyd se incluye “Astronomy domine”, una de las piezas cumbre de la psicodelia isleña. En cuanto a Broughton y su banda, se presentan también con una pieza de su Lp de debut; parten de la psicodelia como los Floyd, pero mucho más cercanos al blues rock con tintes freak y heavy en ocasiones. No alcanzarán la fama de los Floyd, pero a lo largo de su obra hay algunos momnetos realmente brillantes. 

Y estos eran los argumentos más destacados de Capitol para la década de los 70. Es un buen ramillete, ¿a que sí?

9 comentarios:

  1. https://mega.nz/file/7Q9V0KpZ#nBgqqqTe9LAhOdQHo7GNrcmVzdWn_7aAItnOPT4-BJM

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  2. Puyes si, buen ramillete de bandas, intérpretes y estilos que nos presenta Vd. hoy. Agrdecido especialmente por aquellos que no domino, léase gente como The Sons of Chaplin, Guitar Jr., Hedge & Donna Capers.
    Celebro ver por aquí, no puedo dejar de mencionbarlos, a unos favoritos de esta cada, los chicos de la Edgar Broughton Band. No tienen disco malo y, además, siempre suenan convincentes, al pan pan y al rock rock.
    Saludos,

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    1. Lo de Sons of Champlin fue una pena, porque empezaron muy bien: tenían más alegría que las bandas de jazz rock al uso, pero se fueron desinflando muy pronto.

      Recordaba tu afición por la banda del señor Broughton. Ya digo, no es un grupo muy conocido, en parte por su querencia friki; pero también la tienen personajes como el Capitán Beehfeart o el propio Zappa, y todo el mundo los venera.

      Saludos mil.

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  3. Magnífico.
    ¡Muchas gracias Rick! ( ´ ▽ ` )ノ

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    1. Es una recopilación muy agradable, esta. Gracias por la visita.

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  4. Hola Rick,
    Pues un disco "muy Capitol", vamos, queriéndose comer el mercado como siempre, y para eso buscan nuevos grupos, pero sin excesivas estridencias, que pueda abarcar al mayor número posible de público.
    El resultado, un disco que se oye con mucho agrado, aunque siempre parece demasiado comedido y le falta algo que rompa..
    Bueno, no voy a ser yo quien les diga a este gente como va el negocio, pues lo saben perfectamente.
    Saludotes
    Jose

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    1. Hola, José.

      Es verdad que Capitol siempre fue un sello bastante serio, con pocas cosas "raras". De hecho, lo más "aventurero" de su catálogo (para la mentalidad americana) solían ser las figuras que les aportaba el sello matriz, la británica EMI: desde los Beatles en su momento a Pink Floyd, hay por medio unos cuantos grupos y solistas que revitalizaban ese catálogo.

      Saludos mil.

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