Sharing My Treasures

Son tantas y tan variadas las causas por las que un tema te puede gustar que al final desistes de recordarlas. Son canciones que por algún motivo en tu vida señalan momentos especiales las más de las veces. Otras, nunca te gustaron antes hasta que de pronto, y sin saber el porqué, no puedes dejar de escucharlas en bucle. Pero aún con todo, os voy a enumerar algunas. Stiv Bators y su versión punk del sesentero "It's Cold Outside" me lleva a esas noches echando un billar en "El Gato Negro" a la una de la madrugada. El bestial Suspicious Mind de Yoakham me traslada a ese verano de disco-terrazas de Villalba y a la espectacular (y efímera) novia que tuve. Con los Zombies caí enamorado locamente. Con Shakin Stevens y Marsall Crenshaw fue algo especial. Los ponían en los coches de choque y yo me mequeaba con la esperanza de invitar a esa adolescente un par de viajes, que era para lo que me daba el dinero. Esos años desde los 16 hasta los 18 fueron muy deprisa, pero los repetiría eternamente. En fin, esas cosas son las que encierran esta colección que hice para mi blog, y que ahora empiezo a subir aquí. Como siempre, espero que os guste. O, parafraseando a Sainte Beuve, espero que disfrutéis oyendo esta música tanto como lo hice yo recopilándola.