Pocas semanas después de este hecho, se publica una crónica de Manuel Vázquez-Montalbán en la revista Triunfo: "... y el punto culminante fue la aparición del grupo de Música Dispersa, un conjunto catalán increíblemente disperso, que casi nunca saben dónde se han dejado la guitarra o la flauta; que interpreta una música dispersa, relajante; una música de fondo de paraíso seguramente prohibido, una invitación al olvido y a la libertad de las junturas del cuerpo y de la mente".
El ambiente que se respira en la Barcelona de aquella época es, sin lugar a duda, el más propicio para que concurran circunstancias como la descrita. El caldo de cultivo ya se encuentra en el inicio de su punto de ebullición. La trayectoria de la Nova Canço (y de su bastión Els Setze Jutges), en su vertiente menos politizada, abre el camino a El Grup de Folk, conglomerado que si bien mantendría todavía cierta inclinación reivindicativa (Ovidi Montllor, María del Mar Bonet) y folklórica (Jaume Arnella, Jordi Roura), prima más a los artistas que apuestan por las últimas corrientes musicales anglosajonas, por la estética hippie, electrificación, improvisación y vanguardismo (Jaume Sisa, Pau Riba, Enric Herrera, Albert Batiste).
La conexión Madrid-Barcelona en aquella época (últimos años 60, seis antes de la inauguración del famoso Puente Aéreo) ofrece la oportunidad de presentarles una doble faceta personal, la de un madrileño, José Manuel Brabo, "Cachas" (hermano de Pilar Brabo, dirigente del PCE) y la un barcelonés, Angel Fabregues. El primero, miembro de colectivos como Canción del Pueblo y La Trágala, actúa junto a Hilario Camacho en Barcelona en 1968, un año después coincide con Pau Riba y Jaume Sisa en la misma Barcelona y en Palamós, en cuyos exteriores se rodaba la película "El extraño caso del Doctor Fausto" de Gonzalo Súarez, film en cuya banda sonora colabora "Cachas". El segundo, verdadera alma mater del primer movimiento folk moderno catalán, organizador en Mayo de 1968 del mítico Festival en el Parc de la Ciutadella, en el que actúa El Grup de Folk, y, sobre todo, impulsor de los nuevos sellos musicales Els 4 Vents, Barlovento y Diabolo, en los que, además de publicar los primeros álbumes del progresivo catalán y recopilatorios del andaluz, posibilita el que otra artista madrileña, Julia León, también en la formación original de Canción del Pueblo, grabe su primer disco después de su vuelta de Estados Unidos.
El "Cachas" ya está quemado al no encontrar en Madrid el ambiente hippie que buscaba, así que emigra a Barcelona a mediados de 1969 y allí vuelve a contactar con Riba, Sisa y Batiste. Colabora con ellos en la edición de un curioso disco llamado "Miniaturas", editado por el sello Concentric, y en el que los cuatro músicos graban un tema cada uno. Ha nacido el embrión de lo que, poco más tarde, se conocería como Música Dispersa. Pau Riba abandona y entra en escena Selene a finales de 1969, estudiante de piano y solfeo, nueva musa del underground catalán, sus nociones vocales, su encanto personal y su imagen hippie encajan perfectamente en el grupo.
En ese mismo año se produce su estreno ante el público. A la primera actuación en una parroquia del barrio de Guinardó le siguen otras en los Jesuitas de Sarriá (donde parece ser que les acompañó el guitarrista sevillano Gualberto), Universidad de Valencia (propiciada por su amigo y futuro astro del dibujo y diseño, Javier Mariscal) y Valladolid, en un programa de variedades emitido por TVE. Aparecen también por la mítica Cova del Drac de la calle Tuset, en el Festival Electric Toxic Claxon So del Gran Price y bajan a Madrid para presentarse en el Colegio Mayor Pío XII y en el San José de Calasanz, estos últimos con sonado fracaso.
El disco que tengo en el plato es la reedición remasterizada de Wah Wah Rcds de 2002. Presenta la portada troquelada, diseñada por la misma Selene, emulando la estampa de la gran ola de Kanagawa del pintor japonés Katsushika Hokusai. Contiene, además, un extenso texto de Fermí Puig con fotografías y profusión de datos relativos a la banda, opiniones de críticos musicales de la época (los conocidos Jordi Sierra y Fabra y Angel Casas), además de su discografía, profusamente ampliada en no pocas recopilaciones sobre la música progresiva catalana, española, antología de los años 70 y del "rock catalá" desde los últimos 25 años del siglo pasado. Magnífica información para zambullirse en la historia de esta formación irrepetible.
A los músicos, Selene (piano, bongos, flauta, voz), Sisa (guitarra, swannie, percusión, voz), "Cachas" (mandolina, guitarra, flauta, voz) y Batiste (bajo, armónica, órgano, batería, voz) les acompaña José María Vilaseca (el "Tapioles" de la banda Tapiman) a la batería en uno de los temas. Solo en su escucha, he de confesarlo, algo me desconcierta, en "Diálogo"", ese inicio de carraspeos guturales que en unos segundos, abre el disco. El resto de los temas de la cara A, "Hanillo", "Cromo", "Swani", "Gilda", "Rabel" y "Eco" me suenan a paz, a sosiego afgano, a reflexión sobre la naturaleza que crece dentro de uno mismo, repleta de vuelos, de polvo en suspensión, de briznas de hierba diminutas. El empleo de los distintos instrumentos, tantas veces aleatorio, además del uso de unas voces al servicio exclusivo del propio sonido, producen la agradable sensación de dispersión, de fuga hacia un lugar incierto, desconocido, sin dejar por ello de parecer ameno.
La cara B, con sus títulos, "Cefalea", ""Arcano", "Fluido" y "Citara" participa de esa misma visión. Quizás hay aquí más alucinamiento, más surcos contrapuestos a aceras o viceversa; los cambios melódicos tienen algún sabor jazzístico, la improvisación se alarga más, la voz de Selene, sobre todo, alcanza acrobacia aérea. Más vanguardista y experimental en su concepción, esta cara B es también más contemplativa, puede que la fantasía del oyente alcance cotas más altas. Auténtica música progresiva o underground, como prefieran Vds denominarla, los músicos se han convertido en sacerdotes, emisores de un rito donde vale todo lo libertario, lo iconoclasta, aunque no por ello su exposición deje de estar medianamente estudiada.
Publicado este homónimo trabajo por el sello Diabolo en Junio de 1970 apenas vende 400 copias. "Cachas" es llamado a filas y, a partir de ese momento, se puede considerar a la banda difunta. En Noviembre de 1970 son invitados al Primer Festival Permanente de Música Progresiva en el Salón Iris de Granollers. Solo acuden Sisa y Selene y lo hacen acompañados de otros músicos (Ángel Ciriza al bajo y un tal Agustí a la batería). Se rumorea que un músico tapado, oculto tras una cortina, es el mismísimo "Cachas" que se niega a aparecer con la cabeza rapada. Selene, Batiste y "Cachas" participan en el primer trabajo de Sisa, "Orgía" (Concentric, 1971) y poco más. Sisa y Batiste siguen en la música, Selene se casa y traslada a Valencia y "Cachas" se muda a Menorca. Muere de cáncer de riñón en Barcelona en 2004.
Felicidades. Es un comentario extenso y lujoso sobre uno de los discos más inclasificables en la historia del ¿rock? español de todos los tiempos. Gustará más o menos, porque evidentemente hay mucho subjetivismo en este tipo de músicas, pero si no hubiese existido seríamos todos un poco más pobres de espíritu. O algo así.
ResponderEliminarEs difícil buscar argumentos para defender un disco como este ante las nuevas generaciones, o lo que sea. Pero si alguien está dispuesto a perder poco más de media hora de su tiempo en recostarse en un sofá, o en una silla, poner "esta cosa" y dejarse llevar, tal vez se sorprenda a sí mismo cuando, al terminar el disco, diga: "¿cómo...? ¿pero ya se ha terminado?"
Eso sería una fantástica prueba de que la capacidad de asombro aún funciona. de que aún estamos vivos.
Felicidades.
Muy buen comentario Rick. Evidentemente, "las nuevas generaciones", acostumbradas al tipo de música actual "mainstream", no creo que soportaran más de dos minutos la escucha de este álbum.
EliminarUn disco como este, que fluye con toda su naturalidad orgánica hacia un lugar inexacto, es de muy complicada captura, mucho más entre esa nueva generación, acostumbrada a que la capacidad de asombro, como dices, se la den ya de antemano.
Gracias y saludos,
Hola Javier.
ResponderEliminarBuen artículo copón!. De entrada me ha gustado lo de la etiqueta underground, pues no se en que otra etiqueta puede caber esto.
Tengo el disco de cuando salió, que a todos los roqueros nos dejó algo descolocados, pero al que todos respetábamos. Hace poco lo estuve repasando y sigue siendo un disco que me sigue dejando descolocado.
Por cierto, el tema "Hanillo - Cromo" lo he usado varias veces de fondo de lecturas radiofónicos.
Sin duda uno de los discos fundamentales de nuestra historia musical.
Saludotes
Jose
Totalmente de acuerdo Korto, uno de los discos fundamentales de nuestra cultura musical. Yo lo compré ya tarde, en la reedición del sello Wah Wah del 2002, con lo cual no me pilló tan de sorpresa, llevaba entonces ya muchos años escuchando cosas de todo tipo y, la verdad, no me dejó tan descolocado, como seguramente hubiera sido el caso de haberlo adquirido cuando fue publicado.
EliminarHoy por hoy su escucha me parece de lo más sosegante.
Gracias y saludos,
Hola Javier.
ResponderEliminarPues yo ni idea de este disco y estoy dispuesto a dedicarle media hora en el sofá, como dice Rick. Tengo curiosidad por ver si me asombra o me deja descolocado (o ambas cosas). Si está en YouTube me lo pongo ya.
Buen artículo, si señor.
Saludos
Estos chicos fumaban buena hierba.
ResponderEliminarTermino de escucharlo entero, y tal y como decís tiene momentos asombrosos y otros desconcertantes. Hay partes muy hermosas en Gilda o Cefalea, y otras que me han recordado las sesiones improvisadas que hacía con mis amigos hace muchos años,(salvando las distancias) con una guitarra, flauta dulce, harmonica honner y una especie de botijo con tres agujeros que hacíamos sonar, y que me ha parecido escuchar en algún momento del disco
Ha valido la pena la experiencia
Más Saludos
Pues me alegro que haya valido la pena tu experiencia con este trabajo de MD. La palabra experiencia lo define perfectamente, y creo además, que la enriquece, porque no abundan las propuestas como esta en nuestra cultura musical, sobre todo en época tan temprana, 1970.
EliminarGracias y saludos,
Uno de mis discos preferidos de todos los tiempos. Me lo sé de memoria. "Tocaba" con ellos en la buhardilla de Malasaña, como dice Antoni, flauta, guitarras acústicas, bongos, armónica...
ResponderEliminarUna reivindicación acertadísima. Y magníficamente expuesta.
Saludos.
Mi respuesta, abajo. Desliz.
EliminarGracias Bab, ya veo que te tocó la fibra desde el principio, y además en una época, la Malasaña de los primeros 70, en la que la cultura hippie estaba empezando a abrirse camino en Madrid. No me extraña nada, por tanto.
ResponderEliminar¿No tendrás nada grabado de aquella experiencia?
Saludos,
Te paso un link por gmail con una grabación de la época.
EliminarSaludos
Muchas Gracias. Those were the days!!
ResponderEliminarQué maravilla de entrada. Mil gracias!!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Miguel.
EliminarSaludos.
Donde esta el link?
ResponderEliminarMuchas gracias Javier por haberme descubierto este disco, que aunque no he encontrado el link, lo he buscado por otro lado y ya lo he conseguido. Me ha cautivado tu artículo con tantos pormenores de una época de la que no puedo tener muchos recuerdos, todavía era demasiado pequeña. A alguno de los músicos que nombras los conozco de años más tarde.
ResponderEliminar( ´ ▽ ` )ノ