sábado, 15 de enero de 2022

Las andanzas de Jerry Cole (II)

A principios del segundo quinquenio de los años 60, Jerry Cole se había ganado una fama enorme; no solo por la cantidad de figuras a las que ya había acompañado por entonces (en "Mr. Tambourine Man" de los Byrds están él, su amigo Hal Blaine y Leon Rusell, por poner un solo ejemplo) sino también por la categoría de sus grabaciones "de bajo presupuesto", en las que demostraba estar completamente al día. Tras el rock and roll y el country había conseguido dominar el sonido surf y hot rod, demostrando que se sentía a gusto con la velocidad que la década estaba imprimiendo a la música popular. Y siguiendo los pasos de la nueva época, ya usaba varios tipos de pedales distintos para conseguir un ambiente psicodélico. Teniendo en cuenta que su voz, sin ser una maravilla, resultaba defendible, en conjunto había alcanzado un gran rango de versatilidad: literalmente, Jerry Cole podía enfrentarse a cualquier estilo. 

A mediados de 1966 le llega una oferta inesperada pero muy interesante para un aventurero como él: un violinista de formación clásica pero con querencias de vanguardia llamado Arnold Sukonick (a.k.a. Paul Arnold) ha compuesto algunas piezas de tono psicodélico que RCA está dispuesto a grabar. Ese sello andaba buscando músicas nuevas desesperadamente para quitarse de encima la fama de viejuno que arrastraba, y más o menos por entonces había conseguido fichar a Jefferson Airplane. Se ponen en contacto con Cole y le ofrecen interpretar el material de Arnold: Cole acepta, busca músicos y en verano de ese año comienzan a grabar bajo el nombre de The Id. En enero del 67 se publica el disco, titulado "The inner sounds of The Id", que escuchado entonces era vanguardia pura y aún hoy sorprende. Hay que recordar que en ese momento la psicodelia en Estados Unidos todavía no había salido del círculo del folk rock, y que en La Isla solamente los Beatles se acercaban al rock psicodélico con "Revolver", publicado justo cuando los Id estaban grabando: faltaba casi un año para unos Pink Floyd, por ejemplo. 

Ese disco puede parecer irregular, y sin duda lo es. Pero desde las influencias orientales hasta el rock and roll e incluso sonidos de puro garaje junto a otros de tipo experimental y vanguardista, cualquier tipo de acordes le sirven a Cole y sus colegas para transcribir las ideas de Arnold, que por otra parte se ve a veces desbordado por un estilo que él no domina. Sin embargo ese mismo vanguardismo fue la causa de que el disco pasara casi desapercibido en su momento, además de algunas decisiones ilógicas del sello: ellos mismos se quejaron de que en vez de llevarlos a San Francisco, para presentarlo en un lugar donde el naciente movimiento hippie podría haberlos encumbrado, la RCA los mandó a Chicago, lo cual no tenía sentido. Por otra parte la edición en mono era bastante decente pero la estéreo fue un churro impresentable, uno de esos pastiches de la época en los que suena la voz por un canal y el resto por el otro, mientras en algunas canciones es alta fidelidad y otras simple mono medio trucado. Un despropósito. El caso es que los Id terminaron ahí, y Cole disolvió el grupo. 

Sin embargo también él tenía su propio arsenal de cintas grabadas en tono psicodélico, y decidió darles salida a través de los sellos budget. De esos discos el más famoso fue el que se publicó bajo el nombre de The Animated Egg, hata el punto de que durante un tiempo se creyó que eran sobrantes de las sesiones de Id. Sin embargo el propio Cole aclaró que aquellas sesiones habían sido las justas (también RCA se comportó entonces con criterio de bajo presupuesto, y no solo por el falso sonido estéreo): Animated Egg es un encantador batiburrillo de psicodelia, rock y pop que además, al viejo estilo budget, se permite fusilar canciones populares a las que se les pone otros títulos. El ejemplo palmario es "T'omorrow", que ya había publicado meses antes en un disco grabado a nombre de The Projection Company, con canciones más convencionales, y que se repite, como otras cuantas, en este: se trata del "Gimme some lovin" de los Spencer Davis Group (en esta versión elimina la letra y la sustituye por una guitarra muy atractiva). Al menos en el de Projection Company (donde también hay piezas de Id) se pone el título real, pero ese es el difuso encanto del mundo budget. 

Aquí abajo tienen ustedes esos tres discos. Y tranquilos: no se agobien, que ya solo queda un último capítulo.


6 comentarios:

  1. https://mega.nz/file/nIFjTQSK#42Y9iSawUEnC9EHyJyPXLJ-tjTGXxWI59o_z5WDqDy0

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  2. Hola rick.
    Pues de los tres discos que pones conocía a Id y a Animated Egg, el otro no lo conocía.
    El de Id es un disco de esos de culto que se dice, mas que nada por lo variado y raro que es, me le he dado un repaso a noche y es de esos que no sabes si es una maravilla o un tostón, supongo será en el momento que lo escuches.
    Los otros dos, parecen de instro-revival, pues parece lo que hacían los grupos instrumentales de principio de década, pero trasladado cinco años después, en unos años en los que nadie o muy pocos sacaban discos instrumentales, y menos grupos nuevos.
    Lo que si es cierto de este tipo de músicos, que se movian por los años y los estilos con una solvencia total. Para algo eran profesionales de esos que igual te frien un rock and roll que te bailan un huevo.
    Espero la tercera parte.
    Saludote
    Jose
    Saludotes
    Jose

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    1. Por cierto.
      Ya que estamos con músicos de estudio, creo hay uno fundamental y no con excesiva repercusión como es la bajista Carol Kaye, que siempre me ha alucinado, por que en esos años y siendo una moza meterse en este mundo tan machote tenía su mérito.
      Squí queda lanzado este guante.
      Jose

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    2. Sí, los dos primeros se reeditaron relativamente pronto, mientras que el otro tardó unos años más, como casi toda la discografía de bajo presupuesto, tanto de Cole como de Davie Allan y otros. No digo que sean unas joyas, pero son mejores que muchos discos que nos han colado como maravillas de la época y que no tienen la calidad de estas grabaciones.

      En cuanto a Carol Kaye, como Hal Blaine y la mayoría de los músicos de sesión, prácticamente no hay obra grabada a su nombre o con seudónimos como tiene Cole. De hecho, nunca sabremos en cuántos discos participó este tipo de gente, porque en muchas ocasiones no se citaban en el disco. Y por otra parte tampoco le veo mucha utilidad: por poner los dos ejemplos de siempre, tanto Kaye como Blaine y Cole participaron en discos de los Byrds y especialmente Beach Boys, pero esos discos ya los conocemos y no tiene sentido hacer una recopilación de canciones sobradamente populares solo para reivindicar unos nombres. Aunque bueno, esto es una simple opinión.

      Kaye tiene algunos discos para enseñar a tocar el bajo (con los años se fue dedicando casi exclusivamente a dar lecciones) y algunos recopilatorios de estilo, poco más. Así que ya digo, no hay dónde buscar cosas desconocidas.

      Saludos mil.

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  3. Pues sí, Rick, este tipo se las sabía todas. Se metía en todos los tinglados y salía airoso. Bueno, más que airoso. Un gran músico, en mi humilde opinión. Se podía confiar en el en el estudio. No decepciona nunca.
    Saludos.

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    1. Un manitas, eso es lo que era. Además de una digitación muy buena, está su gran conocimiento de todo tipo de estilos, y eso ya tiene su propo mérito. Estaba completamente al día.

      Saludos mil.

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