sábado, 9 de septiembre de 2023

25 TOP SPANISH YEYE GIRLS (18/25): MARÍA DOLORES

El discreto encanto del ye yé francés La historia de la música es caprichosa. Realza determinados nombres que en su momento pasaron casi inadvertidos con escasas grabaciones y oscurece hasta el más intenso negro otros que en su momento gozaron de cierta popularidad y dejaron un legado amplio. A este segundo grupo pertenece María Dolores. A pesar de poseer su discografía completa, la única mención biográfica la encontramos en el número 10 de la revista Fonorama, publicado en diciembre de 1964. Allí nos enteramos que es andaluza, que reside habitualmente en Barcelona, que ha vivido anteriormente en Paris, donde tiene familia, y que es inminente la aparición de su primer EP en el que cantará en español y francés, si bien se considera española hasta la médula. ¡Faltaría más! Rehaciendo su historia hay que mencionar que en el momento de la anterior publicación acababa de fichar para Vergara, un sello catalán que poseía una serie B en la que finalmente editaría María Dolores. Ese primer disco fue “Venecia sin Ti / Donna, Donna / Plus Je T’entends / Baila la Yenka” (Marbella, 1965). Es decir, dos canciones muy exigentes de Charles Aznavour y Alain Barriere, la primera versión española de una desconocidísima entonces Joan Baez y el chafarrinón del baile de moda. Pronto aparecería su segundo EP encabezado por una deliciosa versión de “Forget domani”, compuesta por el autor cinematográfico Riz Ortolani para la superproducción europea “The Yellow Rolls Royce” (1964) de Anthony Asquith. A pesar de que su carrera no arranca del todo, las producciones son bastante cuidadas y las ventas justifican su contrato. El tercer EP es grabado en los estudios parisinos Tele Record a las órdenes de Guy Bertret, que había trabajado para Dalida, Johnny Halliday y otros astros galos. El sonido es muy distinto a sus anteriores EP, pero “Un Hombre Llegó” (Marbella, 1965) no obtuvo ninguna repercusión. En sus discos, las letras españolas de éxitos foráneos estaban escritas por la propia María Dolores que era bastante más que una ye yé al uso. Vergara le da puerta y prefiere apostar por otros talentos ye yé; particularmente, sus apuestas principales en este sector, que eran Lita Torelló y Luisita Tenor. Hasta entonces su carrera había sido más o menos cuidada, pero al caer en un nuevo sello la decoración va a cambiar. María Dolores seguirá haciendo grabaciones con mucha prisa y pocos medios. Aún dejará las gotas de calidad de sus versiones de canciones francesas de Cristophe y Michel Polnareff. Sin embargo, va a convertirse en una especie de chica para todo que incluirá en sus discos cumbias, pasodobles y cualquier cosa que estuviese más o menos de moda. Así aparece “Dio Come Ti Amo / Que Se Mueran las Feas / Aline / Miguel, no Llegues Tarde” (Ekipo, 1966). Una mezcla de baladas de San Remo, versiones femeninas de Los Sirex, etc. Todavía aparecerá un último EP a finales de ese mismo año: “La Muñeca que Hace No / Belén, Belén / Aún Sigo Queriéndote / Cara Bonita” (Ekipo, 1966). Un disco pródigo en pachanga verbenera en un sello de poca proyección fuera de Cataluña. Será su último extended play y suponemos que poco más dilatará una carrera intensa en grabaciones, pero efímera en el tiempo. María Dolores demuestra tener una voz de timbre agradable, escasa extensión y vocalización exagerada que en ocasiones se convierte en redicha. Más apta para la canción melódica y los tiempos medios que para las piezas rítmicas. En su producción para Marbella demuestra claras influencias de los cantantes contemporáneos franceses y, en general, una elegancia interpretativa a tener en cuenta. En Ekipo evoluciona forzadamente hacia temas algo más movidos, rozando en ocasiones la vulgaridad. En 1968 lideraría un grupo denominado María Dolores y Sus Flamencos con los que ese año y el siguiente grabaría algún disco para la casa Belter. Una de esas cantantes que merece la pena exhumar del panteón del olvido y que hasta hoy nunca fue revisada.

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