"You can all join in", sampler Island Records 1968

A raíz del éxito que había tenido la estadounidense CBS con "The rock machine turns you on", el primer sampler en la historia del rock clásico, hubo varios sellos que tomaron nota, británicos por lo general. Y de ellos el más rápido en probar suerte, muy pocos meses después, fue Island Records, que por entonces comenzaba a ganarse un enorme prestigio con sus nuevos fichajes. La trayectoria de este sello, el primero de los grandes independientes británicos, es admirable. Hasta 1965/66 su creador, Chris Blackwell, se había dedicado casi exclusivamente a publicar o importar ritmos jamaicanos como el calipso, el rocksteady o el ska (diez años después será él quien ponga de moda el reggae en Europa gracias al fichaje estelar de Bob Marley). Esa afición por la otra isla del antiguo Imperio británico se debe a que vivió allí durante unos años de su juventud, debido a la profesión de su padre, y se enamoró de aquellas músicas; de hecho, si eligió el nombre de "Island" fue más por Jamaica que por Gran Bretaña. Sin embargo sabe que ese tipo de música, al menos de momento, va a seguir siendo minoritario: salvo los propios jamaicanos, que comienzan a llegar a partir de 1962 -su país obtiene la independencia ese año- gracias a su nuevo estatus de miembros de la Commonwealth, poco público británico hay aún para esas músicas (¿Los mods...? Esos gastan más en ropa, en pastillas y en darle lustre a la moto que en discos). 

Pero la llegada de la psicodelia y el consecuente rock progresivo, el blues y el folk rock dan a Blackwell una nueva perspectiva: hay una enorme cantidad de músicos que están empezando y cuya oferta no siempre es entendida por los sellos tradicionales, y él sabe rodearse de ojeadores jóvenes con muy buen gusto. En muy poco tiempo Island se hace con una plantilla bastante amplia de figuras emergentes como Traffic, Spooky Tooth, Jethro Tull, Free o Fairport Convention: ahora es muy fácil decir que son bandas históricas, pero cuando se atrevió a lanzarlos eran simples nombres "alternativos". Y en el momento de publicar este sampler, solo Traffic tenía ya un prestigio gracias a un primer Lp publicado en Island el año anterior y que es de los grandes clásicos en la historia de la psicodelia: al frente del grupo figura Steve Winwood, que antes de cumplir los dieciocho años ya había destacado como compositor y teclista en Spencer Davis Group. De Spooky Tooth los más enterados recordaban que también un año antes, también en Island y bajo el nombre de Art, habían publicado un único disco psicodélico casi tan admirado ahora como el de Traffic, pero desde luego mucho más minoritario entonces. Y por último, la Fairport tenía ya un disco publicado antes de entrar en Island, pero como si no lo tuviese: para su desgracia habían caído en Polydor, que aparte del blues rock parecían incapaces de reconocer el valor de ninguna otra música, y aquel disco había pasado sin pena ni gloria (hoy es otro clásico, claro). Los demás grupos del sello eran perfectamente desconocidos salvo para algunos fans que los hubiesen visto actuar recientemente. 

CBS había dejado claro que el gancho para lanzar un sampler es meter al menos dos o tres estrellas que tiren de los demás. Pero como Island aún está empezando en el negocio underground, de momento la única "estrella" es Winwood: en este sampler se incluye una de las canciones más populares de su época anterior en Spencer Davis Group, tal vez sin mucha lógica, y hay doble protagonismo para Traffic. Para empezar, el sampler se titula como la canción que abre su nuevo disco, y que por supuesto es la que figura aquí; pero también hay una versión de "Pearly queen", otra de las joyas incluidas en él, a cargo de Tramline, uno de los primeros grupos de blues rock que fichó Island. Y aparte de Winwood, la cosa ya se enfría bastante: solo hay otra doble ración, que va protagonizada por los antiguos Art y los nuevos Spoky Tooth. El resto son también futuras glorias, o no: grupos como Nirvana caerán en el injusto sector de "culto", mientras que otros como Clouds o los mismos Tramline pasarán sin pena ni gloria; John Martyn es un cantautor de corte folkie que tendrá una larga carrera, pero Wynder K. Frogg (Mick Weaver) es un organista de Hammond cuyo lugar está en el circuito de clubs y anda cerca ya de ser un anacronismo. 

Por último, dos anécdotas que revelan lo apurados que andaban en Island para sacar el disco cuanto antes: en el listado de canciones se dice que la de los Clouds pertenece a un futuro Lp de título homónimo, que al final se publicó bajo el nombre de "Scrapbook". Pero lo peor está en la mismísima portada, donde figura un señor muy serio con gafas delante de Winwood con su gorrito y detrás de Rodgers con sus patillas. Ese señor se llama Ian A. Anderson, y por supuesto no tiene nada que ver con Ian Anderson, a quien vemos allá al fondo, muy sonriente, con su barba de chivo. El caso es que vamos a la contraportada, buscamos su canción... y no la encontramos. ¿Qué ha pasado con este Anderson? Pues que a sugerencia de Terry Ellis, mánager de los Tull, se le buscó otro sello: la única justificación que se le ocurrió fue que, como ambos hacían folk blues, "podían surgir confusiones" con el otro Anderson. Y con semejante excusa este Anderson acabó en el sello Liberty, aunque su carrera fue bastante discreta. Y esto es lo que pasa por andar con prisas. 

Este sampler, como el primero de CBS, llegó al top 20 isleño. Pero más importante que eso fue el hecho de que definitivamente lanzó la carrera de la mayor parte de sus artistas y del propio sello, que pasó a formar parte de los grandes. Por desgracia, y también como el primero de CBS, no llegó a España: aún habrá que esperar dos años a ver samplers de uno y otro sello aquí. Pero sabemos esperar. En España, por entonces, esperar era una de las disciplinas más practicadas entre los aficionados a la música ratonera.